Nos hospedamos en casa de Milagros y Bury por tres días mientras estuvimos en Trinidad. Varios elementos destacan de este lugar: la limpieza, la amabilidad de los dueños, la comodidad y la comida que Bury prepara para sus huéspedes.
La casa cuenta con un dormitorio de dos camas matrimoniales, un balcón privado, y un baño privado. Tienen acceso a la red por si tienen que consultar sus correos electrónicos. Se puede cenar en una terraza donde se pueden ver las puestas del sol. Recomendamos que cenen y desayunen en la casa porque Bury prepara unos platillos exquisitos y muy bien presentados.
Lo único inconveniente de este hostal es que el dormitorio está frente a la calle y por la mañana hay bastante ruido.
A pesar que mi pareja no habla español, Bury y Milagros lograron comunicarse bien con él en inglés. Nos encantó nuestra estadía en esta casa y se la recomendamos a todos.
Canada
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